
Hay que tener especial cuidado con apurar mucho las cuchillas, por diferentes razones:
• Nuestra propia seguridad. Al apurar las cuchillas, va reduciéndose la anchura de las puntas. Si combinamos una cuchilla muy delgada con un peine muy fino puede suceder que las puntas de la cuchilla penetren entre los dientes del peine, provocando el bloqueo de la tijera.
• La cuchilla puede golpear los cantos de los dientes del peine. Según la Escuela de Esquiladores de Nueva Zelanda, este efecto es muy difícil de detectar a simple vista, pero ocurre casi siempre que se apuran en exceso las cuchillas.
• Las cuchillas muy finas se vuelven más flexibles. Esto se puede comprobar intentando doblar con las manos una cuchilla nueva y otra desgastada. Al tener mayor flexibilidad, corremos el riesgo de perder el “efecto tijera” entre peine y cuchilla al aplicar presión con la varilla de tensión, con lo que no toda la lana que entra por el peine es correctamente cortada.
• Calentamiento general de la tijera, particularmente en la parte delantera y trasera
• Se recomienda desechar aquellas cuchillas con grosor comprendido entre 1 y 1,5 mm. Por otra parte, las cuchillas muy finas se vuelven más flexibles.