
A pesar de que existe un convencimiento generalizado de que este tipo de brazo esta solo indicado para aquellos esquiladores más expertos, nada más lejos de la realidad. Según los esquiladores que lo utilizan, presenta más ventajas que la flexible. Se compone de un tubo de acero inoxidable articulado por un muelle en la parte superior para el movimiento lateral y por un codo en la parte inferior, similar a la parte trasera de la tijera, que facilita el movimiento vertical.
Por dentro de este tubo de acero giran dos barras de fibra de vidrio conectadas entre sí por un juego de engranes similares a los de la parte posterior de la tijera. Dada la rigidez del tubo, así como la sujeción centrada mediante rodamientos de las barras nunca rozan con el interior, disminuyendo así la temperatura de trabajo, a la vez que se reducen las vibraciones.
Aunque el peso de la transmisión rígida es mayor al de la flexible, hemos de tener en cuenta que un 70% del conjunto queda suspendido de la máquina, por lo que el esquilador sólo soporta el “antebrazo” de la transmisión y la tijera. De esta forma, se trabaja más cómodamente, retardando los efectos de la fatiga y cansancio propios del esquileo. Por otra parte, el muelle superior ayuda en el retroceso de la tijera después de cada pase, necesitando menor esfuerzo para terminar los pases.
A la hora de utilizar la transmisión rígida es muy importante la sujeción de la máquina en el lugar de trabajo. Sólo deben moverse el muelle y el codo inferior. De esta forma tendremos una calidad de uso excelente, sin vibraciones ni sobrecalentamientos. A pesar de lo aparatosa que parece esta transmisión a simple vista, está probado que con un pequeño entrenamiento adquiriremos mayor soltura y comodidad en el trabajo.
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